Mi silencio no es tu silencio

A veces pienso que todo el mundo, por naturaleza, "sabe" meditar. Y otras veces, en cambio, creo que no todas las personas "están preparadas" para la meditación, o quizá sea mejor decir que no todas las personas quieren meditar. 

No sé mucho de meditación. Casi nada. Sobre todo porque me falta mucha práctica; que, aquí, lo es todo.

Por eso escribo estas cosas: para que las reflexiones que surgen  un día puedan refrescarse en otro momento, con otras circunstancias; y para que se puedan compartir sensaciones, experiencia, inquietudes, aprendizaje...

Entre las cosas en las que podemos estar de acuerdo quienes practicamos la meditación, y los que escriben sobre el tema, está el hecho de que esta práctica fomenta una gran conexión con uno mismo. 

Uno mismo está consigo mismo en el aquí y en el ahora. En el pasado o en el futuro no estoy conmigo, sino con la idea que tengo de mí en una circunstancia que ya/aún no existe. Zambullirme de pleno en la auténtica realidad del aquí y ahora necesita una verdadera conexión con mi propia auténtica y verdadera realidad. 

Por eso, creo que la meditación es algo muy personal que debe practicarse, como norma general, individualmente. También es muy subjetivo el ambiente que me puede ayudar: mi silencio no es tu silencio, mi quietud no es tu quietud... El momento, el ambiente, la circunstancia....

Es un camino solitario en el que, a veces, hay cosas, personas, sucesos... que te acompañan. Pero los pasos son tus pasos, las botas son tus botas, el camino es tu camino...