Sentido del humor. ¿Un sexto sentido?
La parada silenciosa y consciente abre un espacio en el que surge otra forma de percepción, desde el desapego: observar, no juzgar, aceptar. El observador transforma el objeto observado.
Meditar es “darse cuenta”. El arte de hallar respuestas. O de ver que, cuando crees haber
encontrado las respuestas, la vida te cambia las preguntas. O de comprender que
no siempre hay respuestas. O de que sólo hay una respuesta, la gran respuesta:
que no hay necesidad de respuestas porque no hay necesidad de preguntas; lo que
es pura aceptación.
Todo se vuelve menos importante. Otra paradoja: en
la presunta búsqueda de la “trascendencia” todo se vuelve más intrascendente.
Al crear distancia, todo pierde importancia. Del cambio
de punto de vista surge una revelación:
podemos “reírnos” de nosotros mismos. Podemos y debemos. La vida es una broma
muy seria. No es irresponsabilidad. Es la responsabilidad de estar conscientemente aquí y ahora, donde todo
lo que no pertenece a ese instante resulta insignificante, insustancial e
incluso irrisorio.
Me gusta mucho lo que dices, creo que es tal y como lo escribes, por aportar algo quizá cambiaría el último adjetivo, pero vaya : "...donde todo lo que no pertenece a ese instante resulta insignificante, insustancial, ilusorio."
ResponderEliminarPara llegar al desapego primero llegamos a la aceptación. En el momento que logramos estar aquí y ahora estamos abriendo las puertas para que la mente se relaje y.......
ResponderEliminar¿Conduce el desapego a la aceptación?
Eliminar¿O es al revés? ¿La aceptación conduce al desapego?
Si la aceptación te conduce al desapego.
Eliminar¿Conduce la aceptación a la comprensión o al revés? ¿O son dos estados distintos? ¿Y nos sitúan los dos en el desapego?
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