Sentido del humor. ¿Un sexto sentido?


La parada silenciosa y consciente abre un espacio en el que surge otra forma de percepción, desde el desapego: observar, no juzgar, aceptar. El observador transforma el objeto observado.

Meditar es “darse cuenta”. El arte de hallar respuestas. O de ver que, cuando crees haber encontrado las respuestas, la vida te cambia las preguntas. O de comprender que no siempre hay respuestas. O de que sólo hay una respuesta, la gran respuesta: que no hay necesidad de respuestas porque no hay necesidad de preguntas; lo que es pura aceptación.

Todo se vuelve menos importante. Otra paradoja: en la presunta búsqueda de la “trascendencia” todo se vuelve más intrascendente.  

Al crear distancia, todo pierde importancia. Del cambio de punto de vista surge una revelación: podemos “reírnos” de nosotros mismos. Podemos y debemos. La vida es una broma muy seria. No es irresponsabilidad. Es la responsabilidad de estar conscientemente aquí y ahora, donde todo lo que no pertenece a ese instante resulta insignificante, insustancial e incluso irrisorio.

Comentarios

  1. Me gusta mucho lo que dices, creo que es tal y como lo escribes, por aportar algo quizá cambiaría el último adjetivo, pero vaya : "...donde todo lo que no pertenece a ese instante resulta insignificante, insustancial, ilusorio."

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  2. Para llegar al desapego primero llegamos a la aceptación. En el momento que logramos estar aquí y ahora estamos abriendo las puertas para que la mente se relaje y.......

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    Respuestas
    1. ¿Conduce el desapego a la aceptación?
      ¿O es al revés? ¿La aceptación conduce al desapego?

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    2. Si la aceptación te conduce al desapego.

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  3. ¿Conduce la aceptación a la comprensión o al revés? ¿O son dos estados distintos? ¿Y nos sitúan los dos en el desapego?

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